viernes, 25 de abril de 2014

Homilía del Papa Francisco en la Vigilia Pascual


El Evangelio de la resurrección de Jesucristo comienza con el ir de las mujeres hacia el sepulcro, temprano en la mañana del día después del sábado. Se dirigen a la tumba, para honrar el cuerpo del Señor, pero la encuentran abierta y vacía. Un ángel poderoso les dice: «Vosotras no temáis» (Mt 28,5), y les manda llevar la noticia a los discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea» (v. 7). Las mujeres se marcharon a toda prisa y, durante el camino, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán» (v. 10).
Después de la muerte del Maestro, los discípulos se habían dispersado; su fe se deshizo, todo parecía que había terminado, derrumbadas las certezas, muertas las esperanzas. Pero entonces, aquel anuncio de las mujeres, aunque increíble, se presentó como un rayo de luz en la oscuridad. La noticia se difundió: Jesús ha resucitado, como había dicho… Y también el mandato de ir a Galilea; las mujeres lo habían oído por dos veces, primero del ángel, después de Jesús mismo: «Que vayan a Galilea; allí me verán».
Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo empezó. Volver allí, volver al lugar de la primera llamada. Jesús pasó por la orilla del lago, mientras los pescadores estaban arreglando las redes. Los llamó, y ellos lo dejaron todo y lo siguieron (cf. Mt 4,18-22).
Volver a Galilea quiere decir releer todo a partir de la cruz y de la victoria. Releer todo: la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los entusiasmos y las defecciones, hasta la traición; releer todo a partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de amor.
También para cada uno de nosotros hay una «Galilea» en el comienzo del camino con Jesús. «Ir a Galilea» tiene un significado bonito, significa para nosotros redescubrir nuestro bautismo como fuente viva, sacar energías nuevas de la raíz de nuestra fe y de nuestra experiencia cristiana. Volver a Galilea significa sobre todo volver allí, a ese punto incandescente en que la gracia de Dios me tocó al comienzo del camino.
Con esta chispa puedo encender el fuego para el hoy, para cada día, y llevar calor y luz a mis hermanos y hermanas. Con esta chispa se enciende una alegría humilde, una alegría que no ofende el dolor y la desesperación, una alegría buena y serena.
En la vida del cristiano, después del bautismo, hay también una «Galilea» más existencial: la experiencia del encuentro personal con Jesucristo, que me ha llamado a seguirlo y participar en su misión.En este sentido, volver a Galilea significa custodiar en el corazón la memoria viva de esta llamada, cuando Jesús pasó por mi camino, me miró con misericordia, me pidió de seguirlo; recuperar la memoria de aquel momento en el que sus ojos se cruzaron con los míos, el momento en que me hizo sentir que me amaba.
Hoy, en esta noche, cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Cuál es mi Galilea? ¿Dónde está mi Galilea? ¿La recuerdo? ¿La he olvidado? He andado por caminos y senderos que me la han hecho olvidar. Señor, ayúdame: dime cuál es mi Galilea; sabes, yo quiero volver allí para encontrarte y dejarme abrazar por tu misericordia.
El evangelio de Pascua es claro: es necesario volver allí, para ver a Jesús resucitado, y convertirse en testigos de su resurrección. No es un volver atrás, no es una nostalgia. Es volver al primer amor, para recibir el fuego que Jesús ha encendido en el mundo, y llevarlo a todos, a todos los extremos de la tierra.
«Galilea de los gentiles» (Mt 4,15; Is 8,23): horizonte del Resucitado, horizonte de la Iglesia; deseo intenso de encuentro… ¡Pongámonos en camino!


Fuente de información: http://www.aciprensa.com/

viernes, 10 de enero de 2014

POR UN FELIZ 2014 EN PAZ

Fragmento del Ángelus del Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas, Al principio del año nuevo un llamamiento a todos de lo más cordial, un saludo de paz y bien. Mi deseo es el de la iglesia, y el de los cristianos. No está vinculado a la magia o al fatalismo del comienzo un nuevo ciclo. Sabemos que la historia tiene un centro: Jesús Cristo, encarnado, muerte y resurrección; tiene un propósito: el Reino de Dios, Reino de paz, de justicia, de libertad en el amor. Tiene una fuerza que se mueve hacia ese fin: el Espíritu Santo, este espíritu que es el poder del amor que ha fecundado en el útero de la Virgen María; y es el mismo que anima y trabaja en los proyectos en pro de la Paz.
Dos caminos que se cruzan hoy en día, la fiesta de María madre de Dios y el Día Mundial de la paz. Hace ocho días el anuncio angelical se hizo eco: "Gloria a Dios y paz a los hombres"; Hoy damos la bienvenida a la madre de Jesús, quien "mantuvo todas estas cosas y las reflexionó en su corazón" (LC 2,19), para hacer nuestros esfuerzos a lo largo del año que se abre.
El tema de esta Jornada Mundial por la Paz es «Fundación para la paz y fraternidad». A raíz de mis predecesores, a partir de Pablo VI, se ha desarrollado el tema en un mensaje, que ya se ha extendido. En la base hay la creencia de que todos somos hijos de un padre celestial, nosotros somos parte de la misma familia humana y compartimos un destino común. Por lo tanto, cada uno tiene la responsabilidad de operar para que el mundo se convierta en una comunidad de hermanos que se respeten unos a otros, acepten en su diversidad y se preocupen por los demás. También estamos llamados a cuenta de la violencia y las injusticias presentes en muchas partes del mundo y que no pueden dejarnos indiferentes: necesitamos el compromiso de todos para construir realmente una sociedad más justa y solidaria.
En este primer día del año, que el Señor nos ayude a tomar todo con más decisión por el camino de la justicia y la paz. De hecho, la paz requiere la fuerza de la mansedumbre, la violenta fuerza de la verdad y el amor.
Reina de la Paz, ruega por nosotros.


Fuente de información: enclavedefe.com
Publicado por Profesora Sylvia Rojas

martes, 3 de diciembre de 2013

Angelus 1 de diciembre, en el primer domingo de adviento

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Comenzamos hoy, Primer Domingo de Adviento, un nuevo año litúrgico, es decir un nuevo camino del Pueblo de Dios con Jesucristo, nuestro Pastor, que nos guía en la historia hacia el cumplimiento del Reino de Dios. Por esto este día tiene un atractivo especial, nos hace experimentar un sentimiento profundo del sentido de la historia. Redescubrimos la belleza de estar todos en camino: la Iglesia, con su vocación y misión, y la humanidad entera está en camino, los pueblos, las civilizaciones, las culturas, todos en camino a través de los senderos del tiempo.
Pero ¿en camino hacia dónde? ¿Hay una meta común? ¿Y cuál es esta meta? El Señor nos responde a través del profeta Isaías. Y dice así: "Sucederá en días futuros que el templo del Señor será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos. Dirán: 'Vengan, subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos'". (2, 2-3).
Esto es lo que dice Isaías sobre la meta hacia la que vamos. Es una peregrinación universal hacia una meta común, que en el Antiguo Testamento es Jerusalén, donde surge el templo del Señor, porque desde allí, de Jerusalén, ha venido la revelación del rostro de Dios y de su ley. La revelación ha encontrado en Jesucristo su cumplimiento, es el "templo del Señor", Jesucristo. Él mismo se ha vuelto el templo, el Verbo hecho carne: es Él la guía y al mismo tiempo la meta de nuestra peregrinación, de la peregrinación de todo el Pueblo de Dios; y a su luz también los demás pueblos pueden caminar hacia el Reino de la justicia y hacia el Reino de la paz. Dice además el profeta: "Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra" (2, 4).
Me permito de repetir esto que dice el profeta, escuchen bien: "Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra". ¿Pero cuándo sucederá esto? Qué hermoso día será ese en el que las armas sean desarmadas, para ser transformadas en instrumentos de trabajo. ¡Qué hermoso día será éste! Y esto es posible. Apostemos a la esperanza. La esperanza de una paz. Y será posible.
Este camino no ha concluido. Como en la vida de cada uno de nosotros siempre hay necesidad de volver a partir, de volver a levantarse, de volver a encontrar el sentido de la meta de la propia existencia, de la misma manera para la gran familia humana es necesario renovar siempre el horizonte común hacia el cual estamos encaminados. ¡El horizonte de la esperanza! Ese es el horizonte para hacer un buen camino. El tiempo de Adviento, que hoy de nuevo comenzamos, nos devuelve el horizonte de la esperanza, una esperanza que no decepciona porque está fundada en la Palabra de Dios. ¡Una esperanza que no decepciona sencillamente porque el Señor no decepciona jamás! Él es fiel, Él no decepciona. ¡Pensemos y sintamos esta belleza!
El modelo de esta actitud espiritual, de este modo de ser y de caminar en la vida, es la Virgen María. ¡Una sencilla muchacha de pueblo, que lleva en su corazón toda la esperanza de Dios! En su seno, la esperanza de Dios ha tomado carne, se ha hecho hombre, se ha hecho historia: Jesucristo. Su Magníficat es el cántico del Pueblo de Dios en camino, y de todos los hombres y las mujeres que esperan en Dios, en el poder de su misericordia. Dejémonos guiar por Ella, que es Madre, es mamá, y sabe cómo guiarnos. Dejémonos guiar por Ella en este tiempo de espera y de vigilancia activa.

 Fuente de información:http://enclavedefe.com
Publicado por Profesora Sylvia Rojas

miércoles, 27 de noviembre de 2013

SEAN AMIGOS DE CRISTO




La promoción 2013 de la Institución .Misa en Acción de Gracias

La lectura del evangelio les dejó un mensaje muy significativo, un mandamiento por cumplir:

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN



El mandamiento del amor
 Este es mi mandamiento:
Ámense los unos a los otros, 
 
como yo los he amado.
 No hay amor más grande
que dar la vida por los amigos.
(...)
yo los llamo amigos,
porque les he dado a conocer
todo lo que oí de mi Padre.
 No son ustedes los que me eligieron a mí,
sino yo el que los elegí a ustedes,
y los destiné para que vayan y den fruto,
y ese fruto sea duradero.
Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre,
él se lo concederá.

Publicado por Profesora Sylvia Rojas

jueves, 14 de noviembre de 2013

CITAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

El uso de la cita en el ensayo
Es importante que, si se utilizan las ideas de otras personas, se indique a quién pertenecen. Esto es, se deben citar las obras de aquellos autores cuyas ideas, teorías e investigaciones han influido en nuestro trabajo.
Si se copia textualmente –es decir, palabra por palabra- un pasaje de texto de otro autor o autora, se lo debe poner entre comillas. Las comillas sirven para señalar el comienzo y el final de la cita textual. En dicho caso, es necesario insertar una llamada con un número voladito (1, 2, 3…) al final de la cita, que se corresponda con una nota a pie de página en la que aparezca la referencia a la fuente de nuestra información. O bien se puede incorporar un listado de referencias bibliográficas al final del documento: una Bibliografía. Esta es una sección –colocada al final de un texto, en forma de lista ordenada alfabéticamente– que incluye no solo las fuentes que se leyeron para escribirlo sino, en particular, las que se citaron en el cuerpo del texto.
Es importante saber que, cuando se elige un formato de cita, debe respetarse el mismo criterio para todo el trabajo.
A continuación daremos algunos ejemplos que pueden servir como modelos para armar referencias bibliográficas:

1. Documentos impresos
Libro con un autor:
Manzoni, C., Violencia y silencio: literatura latinoamericana contemporánea, Buenos Aires, Corregidor, 2005.
Libro con más de un autor:
Svampa, M. y Pereyra, S., Entre la ruta y el barrio. La experiencia de las organizaciones piqueteras, Buenos Aires, Biblos, 2003.
Para libros con más de tres autores, o bien se registran los nombres de todos los autores o el nombre del primer autor seguido de “y otros” [o et al.]
Avensour, M. et al., Voces de la filosofía francesa contemporánea, Buenos Aires, Colihue, 2005.
Capítulos de libros:
Borges, J. L. y Jurado, A., “La transmigración”, en Qué es el budismo, Buenos Aires, Emecé Editores, 1991, pp. 61-76.
Artículos en revistas:
García Negroni, M. M., “La distinción pretérito perfecto simple/pretérito perfecto compuesto. Un enfoque discursivo”, Discurso y Sociedad, vol. 1, N° 1, 1999, pp. 45-60.
Entrada de diccionario:
Ferrater Mora, J., “Aristóteles”, en Diccionario de filosofía, Barcelona, Ariel, 1994, pp. 223-231.
Artículo en diario:
Con autor
Uranga, W., “La UBA honró al teólogo Gustavo Gutiérrez con un Honoris Causa. Un doctorado de la liberación”, Página 12, Buenos Aires, 20 octubre de 2001, p. 16.
Sin autor
“La elevación de la calidad educativa”, Clarín, Buenos Aires, 20 de Octubre 2001, pp. 8-9.

2. Documentos electrónicos
Son aquellos documentos que están en formato electrónico; creados, almacenados y difundidos por un sistema informático. Las reglas son las mismas que en los documentos impresos, pero se agregan los datos sobre el tipo de soporte –en línea, CD-ROM, DVD–, fecha de consulta y dirección web para los documentos en línea.
Sitio web:
Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas [en línea]. Disponible en http://www.ancmyp.org.ar [Consulta: 6 de julio de 2008].

Textos electrónicos:
Autor institucional
Real Academia Española, Ortografía de la lengua española [en línea]. En formato PDF, Madrid, RAE, 1999, disponible en http://www.rae.es/[Consulta: 9 de mayo de 2012].
Autor personal
Brunner, J. J., Educación y actividad delictiva. Evidencia internacional [en línea]. http://mt.educarchile.cl/archives/FPC_2005.pdf [Consulta: 5 de junio 2008].


Si querés ampliar la información sobre el tema, podés consultar
ECO, U., Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de investigación, estudio y escritura (Trad. Lucía Baranda y Alberto Clavería Ibáñez), Barcelona, Gedisa, 1998.
García Negroni, M. M., Normas para la presentación de trabajos científico-académicos y universitarios, en Escribir bien en español. Claves para una corrección de estilo, Buenos Aires, Santiago Arcos editor, 2010, pp. 783-806.
Kolesas, M. y De Volder, C. La cita documental. Elementos y ejemplos de referencias en los estilos de la MLA y de la APA. Documentos electrónicos ISO 690 [en línea]. Buenos Aires, Instituto De Investigaciones Gino Germani, Facultad De Ciencias Sociales Universidad De Buenos Aires, 2008, disponible enhttp://www.agro.uba.ar/sites/default/files/biblioteca/cita.pdf [Consulta: 3 de julio de 2013].

Fuente de información : http://inadi.gob.ar
Publicado por Profesora Sylvia Rojas

martes, 12 de noviembre de 2013

DAR SENTIDO A NUESTRA VIDA



"NO HAY FRACASO MÁS ROTUNDO 
QUE HABERSE VENIDO AL MUNDO PARA MORIRSE Y NADA MÁS"
"Algo que domina el mundo"de Franco Vaccarini



Recordá siempre que...






Publicado por Profesora Sylvia Rojas